Las cosas que más nos gustan en nuestro pequeño mundo Euskadiz son callejear, comer y beber. Por eso, en cuanto tenemos la más mínima oportunidad intentamos perdernos por las calles de Cádiz y descubrir nuevos lugares, bares, tabernas, restaurantes… Y después de mucho patear hay tres puntos que uno no puede perderse. En realidad, podrían ser un millón, pero destacamos tres por cómo nos han tratado siempre y porque cada uno a su manera es tremendamente especial.

Para empezar caminemos juntos por el centro de la ciudad, aprovechando la sombra de sus edificios levantados los unos junto a los otros y el aire que entran desde el mar refrescando al paseante en casi cualquier esquina en la que nos paremos. Una de las calles que llega directamente desde el océano se adentra en la urbe desde la Playa de la Caleta. La Calle la Palma concentra miles de personas durante el Carnaval y una densidad de locales hosteleros por metro cuadrado que difícilmente puede encontrarse en algún otro lugar del planeta.

Como uno de los epicentros carnavaleros, se puede encontrar de todo como en botica. Traducido: en general la oferta es variada (con prevalencia en la mayoría del pescaíto frito) y de calidad, pero se esconden algunas “tourist traps” escondidas. Lo ideal pasear e ir probando alguna cosa en varios sitios y que después cada uno decida para la siguiente ocasión dónde repetir o qué evitar a toda costa.

Nuestros ojos vamos a ponerlos a mitad de la calle, cuando se ha transformado en peatonal y ya sólo pensamos en sentarnos a refrescarnos con una cervecita, un tinto de verano o, por qué no, un moscatel fresquito, que aunque la tradición prácticamente lo reserve para los Carnavales, en muchos sitios puede pedirse todo el año sin que uno le miren raro. En apenas 40 metros nos haremos una ronda que nos permitirá seguir recorriendo la ciudad con las pilas recargadas.

 

El puesto de los ostiones

Con el primero que nos topamos es con Antonio. Casi todos los días nos lo encontramos al frente de un puesto tan portátil como repleto de marisquito. Eso sí, habrá que buscarle siempre a mediodía, que nadie pretenda cenar. Así que para abrir boca a la hora de comer toca preguntarle si puede darnos unos buenos ostiones. Afortunadamente nada tienen que ver con los que se le vienen Roberto a la cabeza. Sin embargo, cuidado con quién los sirve porque los dos tipos de ostiones pueden dejarte KO si las cosas vienen mal dadas.

La cuestión es que al puesto de Antonio se puede ir con confianza. Sandra es una habitual y sólo piensa en volver una y otra vez. El primo gaditano de la ostra se puede pedir por unidades, pero la docena siempre saldrá más económica. Y no olvidemos que estaremos comiéndonos los cimientos de la ciudad puesto que gran parte de los edificios del centro de Cádiz, incluida la Catedral, está levantada con piedra ostionera. Si no te crees que las paredes de la catedral están hechas de estas conchas fíjate mejor la próxima vez que estés al lado. Verás que sorpresa… Por cierto, en nuestro otro canal de Youtube, “Euskadiz Vlogs” puedes ver más vídeos de este tipo.

 

Taberna El Albero

Justo enfrente, haciendo esquina, está el Bar del Rebujina. En realidad no se llama así, pero para nosotros y para mucha gente siempre lo será. José “El Rebujina” es el responsable de la Taberna El Albero. Algunas mesas fueras y otras tres o cuatro dentro convierten al local en un lugar estupendo para una parada rápida o para pasar la tarde entera. ¿Por qué? Si está a tope aprovecha las raciones para probar alguna de las especialidades (no te pierdas las albóndigas de choco, son sencillamente espectaculares) tomar algo y seguir de ruta. Pero si el día es tranquilo, no tengas prisa. Disfruta del local decorado con motivos taurinos y numerosos elementos que recuerdan la figura de Camarón de la Isla.

taberna Albero Cádiz - Andalucía Travel Bloggers

Taberna Albero – Tres rincones para reponer fuerzas en Cádiz

 

De todas formas, no se trata de sacar fotos, sino de hablar, conocer y pasar un rato agradable con El Rebujina. Es un maravilloso contador de historias y tiene tantas que contar que las horas pasan sin darse cuenta. Su amistad con Camarón, su época en la arena desde que se enfrentó por primera vez a un astado, las coincidencias que le pusieron en el camino de famosísimos a nivel mundial… Todo regado con moscatel o una manzanilla.

 

Casa Manteca

Y justo en la otra esquina del mismo edificio no podemos evitar entrar en el que quizá sea el bar más famoso de toda la ciudad. Casa Manteca es, igual que El Albero, uno de esos bares que llevan sin esfuerzo el calificativo “de toda la vida”. Sin embargo, lo que muchos no saben es que el fundador de lo que primero fue una tienda de ultramarinos no fue un gaditano. De hecho, no podía venir de más lejos. Nacido en Santander, Pepe “El Manteca”, sin saberlo, estaba poniendo en marcha un lugar que respira tradición por los cuatro costados.

Casa Manteca en Cádiz - Andalucía Travel Bloggers

Casa Manteca – Tres rincones para reponer fuerzas en Cádiz

Las paredes no tienen un centímetro libre. Imágenes religiosas, carteles taurinos, alguna oferta irrechazable… Tanto es así que no hay hueco para la televisión, pero si hay un partido de fútbol trascendente, existe un compartimento secreto entre los carteles y allí se ven los goles. Con todo lo importante viene desde el otro lado de la barra. Come lo que quieras, pero no puedes dejar pasar los chicharrones. Especiales o normales. Para gustos… los chicharrones.

 

Un saludo de «De Euskadiz al mundo» , podéis leer más artículos de Cádiz en happytravel.viajes

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